domingo, 17 de abril de 2011

Decisiones Celestiales

Mientras todo esto ocurría en la Tierra, arriba en el cielo aun existía conmoción por la desaparición del joven y prometedor Azariel. Y es que la mancillación de uno de los ángeles con mayor esencia innata de todo el paraíso, representaba una dolorosa baja para las filas celestiales, quienes ya veían su número reducido por los continuos ataques de los demonios, quienes devoraban la esencia de aquellos seres celestiales cuya misión era curar a los humanos. Sin embargo, en esta ocasión se había perdido a un ángel cuyo destino era ser uno de los principales pilares de pureza del paraíso, un serafín con un gran futuro por delante, cuya voz podía curar y salvar a mil almas perdidas. Además de esto, era un ángel muy querido y apreciado, debido a su naturaleza extremadamente gentil y dulce para con todos, por lo que muchos de sus amigos y aquellos que lo conocieron lloraron su pérdida. Y es que el ser mancillado era el equivalente a ser asesinado, pues la protección celestial del halo divino dada a todos aquellos ángeles que bajaban a la tierra, se perdía de forma automática al serle arrebatada su pureza y castidad. Es decir, un ángel violado era un ángel muerto, pues era presa fácil para los numerosos demonios que rondaban la tierra, a la busca de aquellos seres puros que se encontraban solos.
Sin embargo uno de los mejores amigos del amado ángel no se resignó. Y es que no podía creer que su dulce y querido compañero de juegos, aquel al que un día juró proteger como su guardián, ahora estuviera muerto por culpa de un maldito demonio. Simplemente no lo aceptaba. Así que decidió ir a la asamblea de los 7 pilares de luz para poder solicitar el permiso y realizar una misión de búsqueda y rescate.
-No perderé a Azariel así como así, no puede haber sido absorbido, yo lo sabría u.u- pensó el joven ángel, arreglando su larga y rebelde cabellera rojiza en una coleta mientras fijaba sus ojos verdes en la construcción marmolina que tenia enfrente, lugar de reunión de los 7 seres mas poderosos de todo el cielo, los 7 pilares de luz, encargados de tomar todas las decisiones referentes a los ángeles y sus misiones. Y es que desde el principio la decisión de mandarlo al mundo terrenal había sido a su criterio un error. Puesto que a pesar de poseer una de las esencias mas poderosas del cielo, el inocente Azariel aun no podía dominar siquiera el 40 por ciento de su poder, por lo que aun debía entrenar paro poder realizar esa clase de misiones Sin embargo, la asamblea había decidido que sería parte importante de su entrenamiento el realizar pequeñas y sencillas misiones de curación en la tierra, para poder así adquirir experiencia. En realidad, el también estaba de acuerdo con eso, pero pensó que ya que era su guardián, iría junto con él. Por eso se sorprendió cuando en medio de una misión de exterminio de demonios, se enteró de que habían enviado a su querido Azariel al mundo de los humanos, solo y sin un guía que lo acompañase y protegiese.
El chico de cabellos rojizos y expresión decidida, suspiro hondo al momento de cruzar las puertas de oro, entrando a la antesala del enorme y blanquecino edificio, buscando la sala donde por lo general, se reunía el consejo a discutir asuntos de los humanos.
-Alto ahí no puede pasar!!- lo detuvo de pronto un ángel de cabellos negruzcos, de porte y facciones algo adustas, que portaba una lanza colgada a su espalda- quien eres y porque has venido a la sala de los 7 pilares- preguntó acercándose al pelirrojo con expresión seria , analizándolo de pies a cabeza mientras le impedía continuar sacando su lanza.
- Tsukiel.. ese es mi nombre, guardián del noveno escuadrón celestial- respondió con seguridad el pelirrojo mientras se detenía y miraba con detenimiento al centinela que lo había detenido- vengo a solicitar una audiencia con los excelentísimos pilares , para tratar un asunto de carácter urgente ¬¬- agregó con tono algo rudo el chico. No le gustaba tener que dar explicaciones ni mucho menos dar razón de sus acciones. A pesar de ser un ángel bajo el servicio de la Asamblea celestial, era considerado uno de los más impulsivos y desobedientes a la hora de acatar órdenes al pie de la letra. Y se enorgullecía de esa reputación. Lo que menos le agradaba era ser un títere en manos de los “mandamases”, él no iba a someterse con ciega obediencia a los mandatos que algunas veces consideraba irracionales. El ser un ángel no significaba que no tuviera ideas y opiniones propias y fue por eso que desde muy joven fue asignado al escuadrón de protección que siempre estaba en la primera línea a la hora de defender el cielo. Era el escuadrón que sufría más muertes entre sus filas y cuyo rango de sobrevivencia era muy baja, el noveno escuadrón Celestial, mas conocido como el escuadrón de Alas Carmesí, debido al color que siempre quedaban teñidas sus alas después de las batallas. Era a donde enviaba a los ángeles “problema” a modo de disciplinarlos, pero para él, el pertenecer a ese grupo selecto era un gran honor, y siempre salía bien parado de las batallas gracias a su enorme agilidad y agudeza mental.
El ángel pelinegro lo miró de arriba abajo evaluándolo. Al oír que pertenecía al Noveno Escuadrón solo una frase se formó en su mente, “Chico rebelde” así que enfundando su lanza, agregó- un asunto urgente O.O-repitió con algo de curiosidad- con esa información tan vaga e imprecisa no te puedo dejar continuar...Tsukiel...sin una cita preprogramada…
El chico pelirrojo suspiró, entornando los verdes ojos con algo de impaciencia. Formalidades, explicaciones era lo que mas odiaba-ok..se trata de la desaparición del ángel Azariel, serafín de primer orden perteneciente al coro celestial..Angel de la clase protectora-susurró apenas en tono confidente- es que tengo poderosas razones para creer que aún sigue con vida y quería solicitar un permiso para salir con algunos de mis hombres a buscarlo al mundo de los humanos.
El centinela se sorprendió al oírlo. Y es que ese serafín era bastante conocido en todo el cielo y el era uno de los muchos que lloraron su inminente final, ya que hacía años lo había conocido por accidente, y en esa ocasión había quedado completamente prendado de las delicadas facciones del joven ángel. Meditó un momento el qué hacer, indeciso de dejarlo pasar pues sus ordenes eran claras, no dejar a pasar a ningún intruso que no tuviera un pergamino de permiso especial para poder hablar con los pilares.- de acuerdo puedes pasar u.u- accedió el fin después de un rato, dándole el paso libre- solo espero que la información de que Azariel-sama sigue con vida sea real- agregó mirándolo fijamente.
-No te preocupes se que sigue con vida y me encargaré de traerlo de vuelta- respondió con seguridad el ojiverde avanzando por la amplia antesala de mármol, mirando las decoraciones hechas de oro y los numerosos cuadros que representaban batallas de ángeles y demonios. Finalmente llegó a la enorme puerta que estaba al fondo de la antesala, hecha de madera viva y cuyos tallados formaban poderosos sellos en el portal -aquí voy..-susurró para si mismo mientras colocaba una de sus manos en la puerta emanando un poco de su energía pura.- Mi nombre es Tsukiel, guardián del noveno escuadrón Celestial, y he venido a solicitar una audiencia- musitó en voz baja, quitando su mano al notar que la puerta se abría al tiempo que una voz femenina y dulce le contestaba un “Audiencia aceptada…puedes pasar joven Tsukiel”
Con algo de nerviosismo inusual en él, entro en esa blanca e inmaculada sala mirando con respeto a los siete ángeles con capuchas que estaban parados en circulo alrededor de una enorme esfera de luz con las blanquecinas y puras alas expuestas. Tres de ellos eran seres femeninos y cuatro eran seres masculinos, lo sbía aun cuando no pudiera ver sus caras por las capuchas, así que haciendo una leve reverencia en señal de sumisión y mirando el piso con respeto, presentó su situación y su solicitud.
Estuvo adentro dos largas horas, exponiendo su situación y argumentando sobre la importancia de salir en búsqueda del joven y prometedor serafín, y finalmente salió, con el rostro sombrío y la vista baja. Y es que por más que había pedido y casi implorado el permiso para bajar a la tierra a buscar con algunos de sus hombres a Azariel, los siete pilares en forma unánime le habían negado la solicitud.
Sin emitir palabra, el pelirrojo salio de aquel lugar, sintiendo como su interior se iba llenando de impotencia y desolación, recordando los argumentos de los siete.” Han pasado varias semanas seguramente su esencia ya fue absorbida” “un ángel mancillado es un ángel asesinado” “el mayor tiempo de sobrevivencia de un ángel violado a sido dos días” “aun no estaba lo suficientemente entrenado es imposible que haya sobrevivido” “ni siquiera podemos sentir su esencia desde aquí la que significa que ya no existe”. Esos argumentos se repetían una y otra vez dentro de su cabeza, pero aún así a pesar de todas las pruebas y evidencias que le dieron para prohibirle el descenso al mundo de los humanos, no se podía convencer. Y es que el sabía algo que los siete pilares no. Había echo un pacto de almas con Azariel jurándole por sus alas y su esencia pura que lo protegería. El sabía muy bien que ese tipo de promesa entre ángeles estaba vetada, y que solo los ángeles guardianes podían ejercerlo sobre sus protegidos humanos, pero a pesar de eso lo hizo con su querido amigo, pues estaba consciente de lo distraído y vulnerable que era por su inocencia. Así podía saber como se encontraba a pesar de estar lejos en alguna de sus misiones, ya que la conexión entre los dos era casi irrompible.
Caminando por los verdes y pacíficos prados del paraíso, Tsukiel llegó a un gran árbol de cerezo, que en vez de flores poseía en todo su follaje pequeñas flamas de luz blanquecina, almas de aquellos seres, ya fuera ángeles asesinados, demonios purificados o simples humanos que estaban destinados a reencarnar en la Tierra como seres humanos en una nueva oportunidad para vivir una vez más. Estaba desilusionado de las decisiones que los siete pilares siempre tomaban. Y es que ¿como siendo los “buenos” en la continua guerra entre el bien y el mal podía abandonar así de fácil a uno de los suyos? ¿Acaso toda esa compasión y bondad de la que siempre se enorgullecían delante de los demonios era toda una mentira? Si incluso entre los aborrecibles seres de la oscuridad existía un casi imperceptible espíritu de compañerismo que los hacía llevarse a sus heridos en las batallas. ¿ ellos, como seres puros y celestiales no eran mejores?
-u.u esto es frustrante ..-susurró el pelirrojo sentándose con las piernas y brazos cruzados en la base del enorme árbol- se que esta vivo..-agregó hablando consigo mismo, subiéndose la manga de la ropa, dejando expuesto su antebrazo derecho, tocándolo con la mano opuesta- muéstrame a meus animus protegida, al ser cum el qui quae que quod hice aliquis ius divinus- recitó en latín en apenas un susurro audible, al tiempo que trasfería un poco de su esencia pura en esa zona, apareciendo levemente y de forma gradual un tatuaje en forma de una ala blanca, que resplandecía levemente- esto demuestra que sigue con vida sino el tatuaje no existiría..si solo el pacto lo hubiera echo de la manera correcta podría decir donde esta _ _||-musitó el chico apoyándose en el tronco del árbol, cerrando los ojos pensativo con un leve dejo de molestia en su rostro. Aun no lograba entender porque los siete pilares se habían negado tan rotundamente a permitir que un equipo de búsqueda bajara a la tierra para tratar de rescatar a Azariel, había bastantes ángeles sin nada que hacer y nada perdían con revisar.
Además simplemente no podía aceptar el que lo obligaran a olvidar a su mejor amigo de toda la vida. Azariel y Tsukiel habían nacido el mismo día de las flores del Árbol Sagrado y a pesar de que sus naturalezas y personalidades eran completamente opuestas, desde ese momento habían estado juntos, riendo, llorando, aprendiendo uno al lado del otro, sin separarse nunca, a no ser que fuera estrictamente necesario. No lo podía abandonar, eso era algo fuera de discusión, nadie lo podía obligar a eso ni siquiera el consejo de los siete pilares, así que levantándose con resolución, expuso sus hermosas alas blanquecinas para emprender el vuelo a lago de cristal de luna, único pasaje que conectaba al cielo con la tierra. Ya había tomado su decisión. Aun cuando significara desobedecer una orden directa, iría a la tierra solo para poder encontrar a su adorado Azariel y traerlo de vuelta, sin importarle el castigo que recibiera por esto.

1 comentario:

  1. Ohhh todo el mundo quiere a Azariel!! bueno, si que has escritoo, no comente antes porque estaba ocupada cambiando la imagen de mi blog y escribiendo las partes de mis historias, y en este blog lo dije hace un par de dias, http://itsmylife-nosoyrarasoyunica.blogspot.com/
    lo cambie por completo y eso! bueno espero la proxima parte!

    ResponderEliminar

Susurros de un angel o quizas de un demonio